Desde que supe que estaba esperando mi bebé soñaba con refugiarme en el cariño de mis hermanos, aunque teníamos poco tiempo de conocernos nuestro encuentro fue tan espiritualmente gratificante que parecía que habíamos crecido juntos.
Por razones ajenas a nuestras voluntades ellos no pudieron acompañarme durante mi embarazo, ni cuando nació mi hijo. Me tocó enfrentarme a los miedos de madre primeriza sin ellos, y aunque tenía apoyo económico nunca me sentí apoyada emocionalmente. Pasaban los meses y sentía que estaba compitiendo por el amor de mi hijo, no me sentía del todo conectada con el. Un día desesperada les comenté a mis hermanos y a mi prima que necesitaba salir del país, no aguantaba mas, necesitaba el amor de ellos y por sobre todas las cosas necesitaba estar a solas con mi hijo. Así es que mi prima me dijo que desde que obtuviera los documentos para viajar con el niño su casa sería mi refugio. Pensar en la posibilidad de estar con mi familia me dio la valentía para organizarme y emprender el viaje.
A pesar de los comentarios negativos sobre nuestras vacaciones y consejos para que no me fuera del país, cada día que se acercaba a la fecha de partir mas se rebozaba de alegría mi corazón, mi instinto de madre me aseguraba que nada malo nos iba a pasar y que no había necesidad alguna de cambiar mi decisión.
Cuando llegó el día, entre nervios y miedos, tuve una segunda cita con mi hijo. Desde que nos sentamos en el asiento del avión fue como si un super poder se apoderó de mi y logré conectarme con el. Nos acurrucamos, jugamos, vimos una película juntos, se portó de maravillas.
Nos recibió en el aeropuerto, mi hermanita y mi prima e inmediatamente fue como si hubiese llegado al cielo. Me sentía tan empoderada de la situación y como si conociera a mi hijo mejor que nadie en el mundo.
Nos encontramos con una casa llena de paz, amor y alegría. El olor a familia unida, a respeto y valor a la individualidad de cada uno era gratificante. Mi hijo descubría un mundo nuevo para el y yo me sentía toda una experta y super mamá por haberlo llevado hasta allá. Sentía orgullo de mi misma cuando le presente a mis hermanos quienes desde el mismo instante que lo vieron lo llenaron de besos y regalos. Como dicen por ahí, la sangre pesa, e inmediatamente el vinculo entre ellos se disparó y parecía que los pequeños ojos de mi bebé habían visto a sus tios desde siempre.
En nuestro viaje recorrimos lo que el tiempo nos permitía conocer de la ciudad que nunca duerme, y mientras le explicaba con detalles cada cosa que veíamos, traté por todos los medios de capturar cada instante.
Cada día que pasaba sentía como nuestro amor aumentaba, mi bebé me dijo mamá por primera vez , pues ya no tenía quien le dijera que yo no era mamá sino mami (se que para algunos es una tontería pero para una madre ese tipo de imposición ajena a su voluntad es desagradable y entristecedora, mamá solo hay una); me llenaba de besos antes de dormir y cuando estaba con deseos de acurrucarse me lo hacia saber con tanta ternura que sentía que nos comunicábamos de corazón a corazón.
En los últimos días comprendí, que por querer pertenecer a un circulo familiar político, había dejado de ser feliz, de ser yo, había cedido lo que por naturaleza me corresponde: ser la responsable del mayor amor que pueda sentir mi hijo en su vida.
Comprendí que los primeros días y meses de la vida de una madre con su hijo recién nacido no son compartibles, son de ellos exclusivamente y NADIE absolutamente NADIE por mas ayuda y cariño que quiera dar a la nueva criatura tiene el derecho de competir con ella, todo lo contrario debe dejarla experimentar al 100% su nuevo rol. La protección a una madre primeriza y el respeto a ella se le otorga cuando la dejan ser naturalmente madre, cuando la dejan proteger a su cría. En esta etapa los consejos se dan cuando se piden no cuando se quieren, la madre necesita desarrollar su instinto en su máximo esplendor.
Comprendí que una madre sabe de su cría lo que ningún ser vivo alrededor de la misma puede saber y que aquellos que dicen querer a la cría deberán de procurar que la madre sea feliz, pues ella es el instrumento de mayor felicidad para su bebe en sus primeros años, no lo contrario.
Conocí un super poder, el de ser mamá. Este super poder es tan divino que supera la racionalidad humana y solo una mujer con hijos lo puede comprender.
En nuestro primer viaje me volví a enamorar de mi hijo, me convertí en una fuente de amor y paz para el y cuando llegamos a nuestro país fue notorio nuestro cambio.
A Dios las gracias por mis primas y por mis hermanos, por todo el amor, la comprensión, la libertad y la confianza que derrocharon sobre mi... ojala los hubiese tenido de cerca en los primeros meses de maternidad. Gracias porque todo se dio en el momento apropiado, y aunque a veces no lo comprendo y me desespero se que siempre estas a mi lado.
A las mamis que me leen, USTEDES SON LO MÁXIMO !!! USTEDES SON SUPER PODEROSAS y como USTEDES NO HAY NADIE.
A los familiares de las mamis que me leen o aquellos que tengan una mami alrededor,, respeten en acciones la individualidad y la independencia de cada madre... que sus intervenciones no solicitadas sean cuando verdaderamente amerite presentarlas.
EL RESPETO AL DERECHO AJENO, es indiscutiblemente, LA PAZ.
Cada que miro una foto tuya... cada que leo una publicacion tuya..... me dan tantas ganas que me dejaras concer mas de ti que conocieras mas de mi.... y esque desde que te conoci me senti tan protegida.... como hija hermana y madre eres excelente y lo seguiras siendo por que tus ideales han sido desde el principio puros..... el saber que te hizo feliz cada dia que estuviste con mis ñaños me hace inmensamente feliz..... feliz por el mismo hecho que apezar de no haber nacido de la misma madre ni crecido juntos somos unidos, somos hermanos.... te quiero mucho a ti y a todos nuestros hermanos y sobre todo a WA el bebe de los sobrinos 😍😍😍😙
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